19 de marzo de 2015

Reencuentro con la Mallorca auténtica: Por la Serra de Tramuntana


De sol a sol buscando la esencia de las cosas hasta encontrarla por el camino. Lo sencillo y lo cotidiano de un lugar suele ser lo auténtico y en Mallorca no podía ser menos. Desde que salió el sol cuando aún sobrevolábamos la Bahía de Alcúdia, hasta que se puso sobre las crestas de Tramuntana, con los rayos dorados de la tarde vistiendo de gala las aguas del Embalse de Cúber. Y en medio Lluc, paradoja entre el bullicio de los visitantes circunstanciales y entre  los que buscan retiro y soledad...

Un puntito de luz entre las brumas marinas marcaba la posición del sol cuando el vuelo se encontraba en la vertical de Sa Pobla, con la Bahía de Alcúdia llamando a gritos mi atención.
Si tiempo que perder nos dimos una vuelta por Ses Fonts Ufanes, una de las rarezas de la isla. Campos de algarrobos e higueras y un paisaje extremadamente verde nos dieron la bienvenida.
La Serra de Tramuntana se eleva tras este ejemplar de algarrobo.
Otro ejemplar de algarrobo. Muchos de los cultivos arbóreos del interior de Mallorca, olivos, higueras o algarrobos, son centenarios.
Una choza de carbonero en el tupido bosque de encinas de Ses Fonts Ufanes. No tuvimos suerte y, como se aprecia en la fotografía, no brotaba ni una gota de agua. Habrá que volver cuando llueva torrencialmente, que es cuando las aguas de escorrentía se filtran en la sierra y aparecen después aquí de manera espectacular.
Una imprescindible visita al Santuari de Lluc, en Escorca. Los antiguos tenían muy buen ojo para escoger los asentamientos, y Lluc es un claro ejemplo de ello. La fachada de la basílica y el reloj. Por suerte coincidía con la hora que la Escolanía suele interpretar algunas canciones.
Interior de la Basílica de Santa Maria de Lluc, con la Escolanía interpretando algunas canciones religiosas de su repertorio.
Interior de la cúpula de la Basílica de Santa Maria de Lluc.
Desde una montaña cercana a Lluc, el Pujol dels Misteris, las vistas son espectaculares a los llanos del Clot d'Albarca y a las agrestes montañas de la Serra de ses Farines.
El Santuari de Lluc desde el Pujol dels Misteris.
El Puig Tomir (1.103).
El macizo de Massanella (1.365).
El pasillo de las cuadras de Lluc, conserva su aspecto y su esencia original.
Vuelta a pie por los embalses de Mallorca: Gorg Blau y las crestas de Sa Trona, Morro de Cúber y  Puig de l'Ofre, la Mallorca más salvaje.
Subiendo al Coll de sa Coma des Ases.
El Embalse de Cúber y el macizo del Puig Major.
Vistas al Sur desde el Morro de Cúber: sa Coma des Ases y el Puig de s'Alcadena, a lo lejos.
Vistas al Norte desde el Morro de Cúber: el Puig Major (1.436), techo de Mallorca, el Puig de ses Vinyes (1.108) y el Embalse de Gorg Blau. 
Esperando la puesta se sol en el Morro de Cúber. Los reflejos dorados del Embalse de Cúber firmaban una jornada intensa desde que salió el sol cuando aún volábamos sobre la Bahía de Alcúdia.

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