17 de mayo de 2010

La Travessa del Montseny, ultratrail de 46 kms.

No es ningún secreto que me apasiona el ultrafondo. Tomar la salida en una prueba de decenas de kilómetros tiene un punto de emoción e incertidumbre, y más si discurre por montaña y ha de salvar desniveles de importancia.

La Travessa del Montseny se ha convertido en una de las fijas de mi calendario, por su recorrido y trazado, por los paisajes, por la organización, por los desniveles, por el ambiente... y por la subida trepando al Cim de les Agudes.
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Con 45,8 kms y 5.060 m de desnivel total acumulado acredita ser una buena piedra de toque de cara a otros trails de mayor calado.

Por eso este año he acudido por 4ª vez, en esta ocasión con buena parte de los caminos y senderos llenos de agua y barro por las últimas lluvias caídas, e incluso la subida al Matagalls, a partir de los 1.400 m de altitud, se encontraba helada.
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El perfil de la prueba ofrece un recorrido con contínuas subidas y bajadas, con pequeños respiros planos en el Pla de la Calma, Sant Marçal y Santa Fé. Destacan las prolongadas subidas y bajadas de algunos tramos: Aiguafreda-Tagamanent (+743m), Collformic-Matagalls (+550m), Matagalls-Sant Marçal (-600m), Sant Marçal-les Agudes (+613m) y Turó de l'Home-Gualba (-1.500m).
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Recorrido para subir al Cim de les Agudes (1.706m) por el Coll de Sacarbassa, pasando por puntos en los que era necesario trepar.
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Los 1.500 m de bajada incesante desde el Turó de l'Home a Gualba. Cuádriceps a prueba y caras de sufrimiento en todos los participantes.
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550 inscritos esperando al momento de la salida, las 5 de la mañana, en la Plaza de Aiguafreda, para ser partícipes de este trail espectacular y exigente. Allí me desplacé con los amigos: Paco, Moisses,y los Xavis de Premià. Además se dejaron ver por allí Xavi de Routiers, Carlus Vila, y ya en carrera, me adelantaron Toni de Routiers, Javi Delgado y Carlos Martín.
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Espectantes y pelados de frío, momentos antes de la salida.
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Con Paco del Moral, mi compañero del Club de Atletismo de Vilassar de Dalt.
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Con Carlus Vila y Moisses Rossell.
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Se dio la salida y nos posicionamos bien en carrera. La subida por el sendero de Tagamanent se hizo muy pesada debido al agua que bajaba por él, con numerosos resbalones en las rocas y barro pisoteado.
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Hacía un frío intenso y la noche era cerrada y sin luna. El ritmo de carrera era muy alto y el aliento brotaba como la niebla. Noté que el nivel de los participantes parecía mayor que en anteriores ocasiones.
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La subida final al Turó de Tagamanent la hice muy rápida, encontrando un atajo muy vertical al azar. Allí fiché entre los 25 primeros, pero poco a poco iría perdiendo posiciones a pesar del buen ritmo que llevaba.
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Por el camino del Pla de la Calma quedaba atrás la silueta recortada en plena oscuridad del Castell de Tagamanent.
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Por el Pla de la Calma fui en compañía de Xavi Barroso, marcando un buen ritmo de subida y trotando alegres en las bajadas. Allí se hizo de día y salió el sol, pero la escarcha avisaba del frío que realmente hacía.
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Salida del sol por les Agudes.
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Tras fichar en Collformic había que subir al Matagalls, imprimiendo un ritmo muy constante en la subida y trotando en un par de zonas algo planas. La temperatura seguía bajando y el suelo comenzaba a notarse helado.
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En las últimas rampas antes de llegar a un inhóspito Matagalls aún quedaban placas de la nieve caída en los días precedentes.
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Con un suelo muy mojado por el deshielo y por las lluvias, la bajada a Sant Marçal la hice muy controlada, sin arriesgar en absoluto ante cualquier mal apoyo ó pisada, pero perdiendo lógicamente una decena de posiciones.
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Si me reencarnara en una planta me gustaría que fuera en una de estas hayas del Coll de Pregón, el rincón más bonito y tranquilo de la Travessa del Montseny.
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Poco antes de llegar al control de Sant Marçal, en la misma base de les Agudes, el sol penetraba entre el hayedo, todo un disfrute para los sentidos.
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De nuevo en compañía de Xavi, fuimos subiendo poco a poco por el laberinto de rocas de les Agudes, atravesando uno a uno los Castellets, trepando, subiendo y bajando la morfología geológica de este pico de montaña, eso sí, tomando al final el sendero de Collsacarbassa, comprobando un año más lo dura que es esta subida, tanto a nivel físico como psicológico, mirar abajo puede rsultar temeroso en este tramo, mirar arriba puede resultar desolador...
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El Cim de les Agudes, desde els Castellets.
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Pero una vez arriba la recompensa es grande, con la grata sensación del obstáculo superado y de la liberación de la tensión ante la superación de la dificultad... y las vistas con que te regala allí la cima.
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El Cim de les Agudes, y al fondo, el Pirineo cubierto de nieve.
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Tras crestear hacia el Turó de l'Home, en donde disfruté de lo lindo con tres trozos de sandía, y en donde verifiqué que a pesar de ir perdiendo posiciones podría mejorar mi marca en esta prueba, comenzaba el tramo final de la prueba, 15 kms de bajada en los que salvar 1.500 m de desnivel, primero a través de la Fageda Gran y su sendero en zig zag que acabaríamos abandonando para bajar a través de la ladera hasta llegar al control de Santa Fé, y luego desde aquí hasta Gualba, pasando por el bucólico Estany de Santa Fé y la bajada por las tuberías y el camino de la mina hasta entrar finalmente en la meta.
. Xavi al trote por las orillas del lago.
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Cruzando el dique del lago, llevaba ya 38 kms.
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En la llegada intenté darlo todo, pero no pude evitar que unas pisadas que oía detrás mío se fueran acercando y me pasasen, era la 1ª mujer clasificada.

Llegué sabiendo que bajaría mi mejor marca, parando el reloj en 7 horas y 16 minutos, 7 minutos menos que en la edición del año pasado, entrando, a falta de conocer la clasificación final, entre los 70 primeros, lo cual demuestra que el nivel de los atletas este año era superior (el año anterior entré el 42º).
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Edición 2.006: 8h 8m
Edición 2.007: 7h 51m
Edición 2.009: 7h 23m
Edición 2.010: 7h 16m
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Al llegar, y después de recuperar, reencuentro con los amigos y felicidad entre todos, satisfechos por los resultados y sin ninguna incidencia desagradable que contar, pero echando de menos a Karli, a quien un inoportuno esguince de tobillo le privó de disfrutar con nosotros. Va por tí, Karli. ¡Salud!
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