26 de agosto de 2013

Cavalls, vaques i homes del vent


Tomando como base el recorrido de Cavalls del Vent, y con salida desde Bagà, nos dispusimos a recorrer las entrañas del Parc Natural del Cadí-Moixeró. Un debutante en este agreste territorio, Jotaeme Fernández, y una veterana audaz y osada, Marta Farré, fueron en esta ocasión mis compañeros de viaje en esta enésima aventura por estas montañas que siempre seducen mi consciencia y mi corazón.
Las interesantes propuestas de Marta siempre sorprenden y hacen guiños a mi modesto y reservado afán aventurero. En esta ocasión convenimos dejar de lado los refugios de Serrat de les Esposes y Cortals de l'Ingla para seguir por el sendero que va derecho desde el Collet de Moixeró al Coll de Pendís. Importante recorte que se vería compensado prolongando el circuito desde Prat d'Aguiló a Prat de Cadí, atravesando todas las canales de la Serra dels Cortals y de la Serra Cabirolera, para bajar a pernoctar al pueblo de Estana, un salvaje y nuevo territorio por descubrir.
Para el 2º día nos esperaría subir a la cima del Costa Cabirolera (2.604), el segundo pico más alto del Cadí, con 1.000 m de subida por un inquietante lugar llamado Canal de Cristall...

Con Jotaeme y Marta en el aparcamiento de la Font del Sofre de Bagà, poco antes de comenzar esta travesía.
El Pedraforca (2.506) y el Comabona (2.547) desde la Serra del Joncar, en la subida al Paller de Dalt.
La Serra d'Ensija (2.320) y Bagà, en el fondo del valle, bajo etéreas capas de niebla.
El prado del Paller de Dalt y los bloques de piedras desprendidos a lo largo de los siglos.
Pedraforca y Comabona se alzan en el horizonte desde la Collada Grossa.
El sol se cuela entre el bosque de pinos de la Canal Mala.
Un clásico en Cavalls del Vent: el Refugi del Rebost, desde donde hice esta toma a Jotaeme con Ensija, Pedraforca y Comabona a sus espaldas.
Colosos del Parc Natural del Cadí-Moixeró: Pedraforca (2.506), Comabona (2.547), Moixeró (2.089) y Penyes Altes (2.276).
Marta se desvía buscando setas en Prat Bagà, con la Tosa d'Alp (2.536) al fondo.
Subiendo a Comafloriu. Foto de Jotaeme Fernández.
La Tosa d'Alp (2.536) desde el Mirador dels Orris.
Con Marta y Jotaeme, probando durante la travesía unos estupendos aireadores nasales para favorecer la ventilación y la respiración.
Descanso, en el limbo, en la subida a Comafloriu. Foto de Jotaeme Fernández.
Las palas del Serrat Gran.
Las nubes comenzaban a cubrir las principales cimas, Pedraforca, Comabona, Penyes Altes... había previsión de tormenta para la tarde.
Uno de los lugares más bellos del Berguedà, la Collada de Comafloriu (2.196).
Torbellinos de nubes formándose en Coll de Pal.
Reflexiones en el reagrupamiento de la subida al Cap del Serrat Gran.
El Cap del Serrat Gran (2.402), la Collada de Comabella, el Puig de Comabella (2.482) y la Tosa d'Alp (2.536) cubiertos por las nubes de desarrollo.
Torbellinos de nubes y viento en Coll de Pal.
Vistas a la Vall de Grèixer, con las cimas cada vez más tapadas.
Llegando al Refugi del Niu de l'Àliga, en la cima de la Tosa d'Alp (2.536).
Bajando por la tartera de la Tosa hacia el Coll de la Vall, ya en dirección a Penyes Altes. Foto de Marta Farré.
Con Jotaeme en plan destroyer en el Coll de Jou (2.022). Foto de Marta Farré.
Reflexiones observando la montaña y el Vall de Grèixer. Foto de Marta Farré.
Marta y Jotaeme me siguen hacia el Penyes Altes en la última rampa, por la vertiente de la Cerdanya.
Marta emocionada, por superar sin ninguna dificultad su ascensión al Penyes Altes del Moixeró (2.276).
Las nubes tapaban todas las cimas al llegar al Penyes Altes. En el centro, los prados del Moixeró.
El Moixeró (2.089), tapado por la niebla que corría veloz por la cresta.
Marta baja por los caminos de las vacas del Moixeró entre bocanadas intermitentes de niebla.
El Moixeró (2.089) entre jirones de niebla.
Pedraforca,  Comabona y Pradell desde Prat Agre, cuando dejamos la ruta de Cavalls del Vent para ir directos desde el Collet del Moixeró al Coll de Pendís, sin pasar por los refugios del Serrat de les Esposes y Cortals de l'Ingla.
Caballos y hombres en la vertiente norte de la Serra de la Moixa, en la Cerdanya.
Preciosa yegua en medio del bosque de la Moixa.
Vacas sobre los horizontes del Berguedà al llegar al Coll de la Moixa (2.025).
La Gallina Pelada y el Pedraforca desde el Coll de la Moixa. Aquí nos comenzaban a aparecer los primeros signos de cansancio.
El Comabona (2.547) y el Coll de Tancalaporta desde el Serrat de la Muga.
Jotaeme trepando en la subida al Pradell (2.212).
Trepando para subir a la cima del Pradell (2.212). Foto de Jotaeme Fernández.
Vall de Bastareny y Bagà. Futuro proyecto de vida.
Horizontes del Berguedà: las paredes de la Boixassa, el Coll de la Bena con los únicos reflejos dorados de la tarde, y la Serra d'Ensija.
Por el Sendero del Serrat de la Muga poco antes de bajar hacia Prat d'Aguiló, Cadí en estado puro y duro.
Vista atrás al Pradell y al Moixeró, paisajes de la Cerdanya.
Bajando a Prat d'Aguiló bajo las Arrugues de Comabona.
Arrugues de Comabona. Espectaculares.
Barranc de les Tosselletes y Arrugues de Comabona.
Jotaeme me sigue poco antes de llegar a Prat d'Aguiló.
Esperando a mis compañeros en Prat d'Aguiló, con evidentes muestras de fatiga.
Marta y Jotaeme descansando en el Refugi de Prat d'Aguiló. Llevábamos 34 kms y aún quedaban otros 10 por terrenos desconocidos por los tres. Las dudas se agolpaban en mi cerebro mientras el aire del refugio se llenaba con el olor de la cena.
Pasando por el Torrent de l'Avellanosa, en medio del laberinto de paredes y estratos de la vertiente norte del Cadí.
Caía el sol hacia Estana, entre las nubes y las crestas del Cadí. Prados en el Coll de l'Estenedor.
Tras atravesar media docena de barrancos pedregosos, prolongaciones de las canales del Cadí, llegamos a Prat de Cadí, recogido lugar donde apacentaban varias docenas de vacas.
Jotaeme en medio de Prat de Cadí, cuando la noche se echaba encima y aún teníamos 5 kms hasta llegar a Estana.
Contemplando Prat de Cadí, estado final de la colonización de la morrena glacial que se formó durante la última glaciación. Foto de Marta Farré.
Cansancio y dudas. Teníamos que llegar a Estana antes del anochecer, sin saber dónde cenar ni dónde dormir. Foto de Marta Farré.
Tras una merecida y reconfortante cena caliente en Estana, el restaurante estaba abierto, nos fuimos a pasar la noche al albergue, antiguo gallinero habilitado donde poder dormir por 2 €.
Tras un sueño completamente reparador en el albergue y un desayuno caliente, re-emprendimos la marcha para volver a Bagà regresando a la traza de Cavalls del Vent en algún punto de la Serra Pedregosa con la intención de completar la vuelta pasando por los refugios que quedaban pendientes.
Pero las dificultades encontradas en la Canal de Cristall, en la que empleamos mucho tiempo en poder superar, y las continuadas paradas por el placer de la contemplación en diferentes lugares de las crestas del Cadí nos hicieron reconsiderar nuestro objetivo, prescindiendo de la bajada al Refugi de Gresolet y de la subida al de Sant Jordi, yendo directamente desde el Coll de les Bassotes por la pista que conduce hasta el Coll de la Bauma y de aquí a Sant Martí del Puig y a Cal Cerdanyola, en cuyas proximidades disfrutamos de un sensacional baño recuperador en las claras y frías aguas del Riu Bastareny.

Los rayos de sol superan las crestas del Cadí en el amanecer de Estana.
Dejábamos atrás Estana, precioso lugar de la provincia de Lleida situado en la comarca de la Cerdanya, a 1.500 m. de altitud: Sant Climent d'Estana, S-XVI.
Las paredes de la vertiente norte del Cadí nos esperaban. Por alguna de aquellas canales subiríamos a lo alto.
Prat de Cadí. El corazón de piedra que me hizo recordar a mi familia en aquellos momentos mágicos ante las paredes del Cadí.
Atravesando Prat de Cadí, para ir a buscar la Canal de Cristall, en el centro de la imagen. Foto de Marta Farré.
Al ganar en altitud se iba apareciendo la Cerdanya, que despertaba entre brumas.
Jotaeme se refresca la cabeza en el abrevadero de Prat de Cadí.
Subiendo hacia la Canal de Cristall, flanqueada por la Roca Verda (2.400) y la Roca de l'Ordiguer (2.346).
Bellísima e imponente la Roca de l'Ordiguer, en plena subida a la Canal de Cristall.
A medida que subíamos comprobábamos que no sería nada difícil. El fondo de la canal se veía cada vez más técnico.
La aproximación a la Canal de Cristall desde Estana nos llevó 1 hora. Las últimas rampas por la tartera eran de una pendiente tremenda. Foto de Marta Farré.
La Cerdanya, Estana y Prat de Cadí, minúsculo llano verde a modo de cráter que se alza en la base de las canales.
Vista arriba de la Canal de Cristall. Trago de saliva para desahogar el nudo de la garganta ante esta visión.
Gatear, trepar y pasar bajo algunos de los bloques desprendidos. Eso es la Canal de Cristall.
Vista abajo de la Canal de Cristall, con Prat de Cadí.
Vista abajo de la Canal de Cristall. Al ganar rápidamente altitud las vistas al horizonte se abrían.
Jotaeme y Marta trepan junto a las paredes de la canal para evitar la parte central, rellenada de piedras y rocas sueltas de los desprendimientos.
En uno de los descansillos de la Canal de Cristall. Foto de Jotaeme Fernández.
Trepando al llegar a la cima. Tardamos 1 hora en pasar toda la canal. Larguísima, de 500 mts. de desnivel.
En lo alto de la Canal de Cristall (2.517) con vistas espectaculares al Pirineo y la Cerdanya, Estana y Prat de Cadí incluídos.
Vistas al sur desde el Coll de la Canal de Cristall, con el Cap d'Urdet (2.240) en la Serra del Verd, y a lo lejos las pistas de esquí de la Serra de Port del Comte.
2.517 m. de altitud. Vistas infinitas. Contemplación y percepción de libertad absoluta.
Sensaciones y percepciones compartidas.
Canal conquistada. Foto de Marta Farré.
Perfiles del Cadí más occidental, el Coll de la Canal de Cristall (2.517), el Puig de la Canal de Cristall (2.583), el Puig del Quer (2.568) y al fondo el techo del Cadí, el Vulturó (2.649).
Contemplación al sur: Gósol.
En la cima del Salt del Sastre (2.591), perspectiva de una sección del Cadí, escarpado al norte y ligeramente inclinado al sur. Foto de Jotaeme Fernández.
La cima del Pic de Costa Cabirolera (2.604).
La canal del Mig d'Estana.
Vistas al sur: el Pedraforca (2.506).
En la vertiente sur imitando la vertiente norte.
Vistas desde la cima del Pic de Costa Cabirolera (2.604): El Salt del Sastre (2.591), en el fondo del valle la Seu d'Urgell, y al fondo las altas cumbres de Aigüestortes y sobre ellas las nieves del Aneto. Minutos de silencio y de contemplación de semejante horizonte.
Delante nuestro y al otro lado del valle, el Monturull (2.761), ya en Andorra y de tonos rojizos, y al fondo el techo de Catalunya, la Pica d'Estats (3.143).
Vistas al este: la Coma dels Cortils, la Serra Cabirolera, el Pas dels Gosolans (2.426), el Comabona (2.547), la Tosa d'Alp (2.536) y en el último horizonte, el Puigmal (2.910).
Jotaeme en la cima del Pic de Costa Cabirolera (2.604).
El equipo en la cima del Pic de Costa Cabirolera (2.604).
Jotaeme en el fondo de la Coma de Cortils, con el Pic de Costa Cabirolera arriba.
Marta vuela en la cresta de la Costa Cabirolera.
Jotaeme yace en el prado de la Coma de Cortils.
La Coma de Cortils y la Serra Pedregosa (2.451).
La Coma de Cortils hacia el sur.
Cortals de Cortils.
El refugio de Cortals de Cortils,
Interior del refugio, con lo imprescindible para sobrevivir a una emergencia en un lugar tan bello pero inóspito, y un altillo para dormir con capacidad para 5 personas.
El Pic de Costa Cabirolera (2.604) desde Cortals de Cortils.
La Serra Cabirolera desde la Serra Pedregosa.
Jotaeme subiendo a la Portella dels Cortils.
En la tartera de la Portella dels Cortils. Foto de Jotaeme Fernández.
Llegando a la Portella dels Cortils (2.308). Foto de Marta Farré.
El equipo en el Prat Berló, con el Pedraforca detrás nuestro.
El Pic de Costa Cabirolera (2.604) desde el Prat Berló.
El Prat Llong y el Pedraforca (2.506).
El Prat dels Truixeners y el Pedraforca (2.506).
Típica flor de los prados alpinos del Cadí, la carolina (Carlina ancathifolia).
Rebaño de vacas en el Clot dels Morros, con el Pedraforca detrás. Vacas del Vent.
Vaca cornuda del Cadí, en el Coll de Font Cerdana.
El Torrent de Paller y el Coll de Font Cerdana.
El Torrent de Paller y el Pedraforca (2.506).
El Coll de Font Cerdana (1.857).
El Coll de Font Cerdana y la Vall del Bastareny.
El Coll de Font Cerdana, y más arriba el Coll de Torn.
El Coll de Font Cerdana.
Sant Martí del Puig, desde donde vovíamos a divisar las cimas del Moixeró y del Penyes Altes por las que pasamos la mañana del día anterior.
Jotaeme en Sant Martí del Puig, mirador de la Vall del Bastareny.
En la Font Nostre de Cal Cerdanyola. Definitivamente no subiríamos al Refugi de Sant Jordi . Decidimos buscar un remanso en el rio para bañarnos y continuar con los 5 kms que quedaban hasta Bagà.
Remanso del río Bastareny en donde tomamos un baño reparador. Aguas frías y cristalinas antes de proseguir con los 5 kms que faltaban.
En color azul, los 77 kms de Bagà a Estana y de Estana a Bagà , en 2 dias mágicos que acumularon un total de 9.700 m. de desniveles.
Así dimos por finalizada esta aventura abierta, hecha sobre la marcha, 2 días vividos intensamente en los que completamos un recorrido de 77 kms con 9.700 m. de desnivel total acumulado, 27 horas que nos hicieron sentir las emociones que siempre depara el Cadí, con su paisaje abrupto y quebrado, sus cimas insolentes frente al Pirineo, sus feroces bosques, sus vacas y sus caballos del viento. Y nosotros libres en medio...