29 de noviembre de 2009

La clásica Jean Bouin.

Desde 1.920 se disputa en Barcelona la carrera atlética más antigua de España, que este año llega a la edición nº 86, la clásica Jean Bouin, ó la "yanbóin" como dicen la mayoría de los atletas populares. Lleva ese nombre en honor al atleta marsellés que fuera campeón de Francia de 10.000 m en 1.909, plusmarquista mundial de esa distancia entre 1.911 y 1.922 y medalla de plata en las Olimpiadas de Estocolmo en 1.912.
.
Comienzo del año 2 tras la cardiopatía... volvía al escenario donde debuté tras aquel problema de salud, con 6.072 atletas más inscritos en la carrera Open.
.
A las 8:00 h ya estaba en la Av. María Cristina de Barcelona con mi amigo Jotaeme, esperando a que diera comienzo la carrera: echábamos de menos a Karli, accidentado con su moto hace unos días, desde aquí le deseo que se recupere cuanto antes.
El objetivo para esta carrera de 10.000 metros era intentar mejorar la marca registrada el año anterior, 47:55, pero con las molestias de las últimas semanas no tenía claro de que pudiera lograrlo. Las semanas de entrenos habían sido duras y en las series no obtuve los resultados que me hubiera gustado ir teniendo.
.

Pocos minutos antes de la salida con Jotaeme y las tiras nasales colocadas. Cualquier ayuda es bien recibida cuando intentas lograr un objetivo.
.
Tras el disparo de salida todos los participantes nos pusimos en marcha para posicionarnos antes de la curva de la Calle Lleida, donde la masa de corredores frena bruscamente. Tras subir por Entença llego al km 1 en el cruce con Gran Vía. Allí me doy cuenta de que la cosa va bien, hago un primer parcial bastante rápido, a 4:26, y me planteo ir más desahogado, a 4:40, para no sufrir más de la cuenta, pero a todo lo largo de la Gran Vía, hasta casi el km 5, me veo bien, corriendo alegre y sin dificultades, disfrutando como hacía meses que no lo hacía y a un ritmo impensable 48 horas antes...
"¡Cuidado!" me dice un corredor que se me cruza hacia la izquierda para recortar por la acera en el cruce de Ausiàs Marc con Bruc... "Cuidado tú, tramposo" le respondo...
Tras el breve incidente aprieto, le alcanzo y le adelanto, ganando en la operación algunos segundos más, manteniendo después el ritmo por el Paseo de Colón y la Avenida del Paral.lel, donde el paso de los minutos y la pendiente de subida a mí me benefició y me facilitó el adelantar a más corredores. Ligeros pinchazos en el tobillo izquierdo me desconcentraron momentáneamente en la subida por la Calle Lleida, pero cuando llegué al alto volví a apretar hasta llegar al arco de meta parando el reloj en 45:25, mejorando 2,5 minutos mi registro de hace un año en esta misma carrera, a un promedio de 4:32/km, eso sí, casi 14 minutos más tarde que el ganador, Roger Roca:
.
.
Tras esta preciosa carrera del último domingo de Noviembre llegan las medias maratones, Vilanova, Sitges y Granollers, en las que espero pasar por debajo de 1h 40m. Me habrán de servir además para fijar el objetivo de la que será mi quinta maratón, el 7 de Marzo en Barcelona...

20 de noviembre de 2009

Descenso del Ebro en kayak: no... el Otoño no es triste...

¿Nostalgia del Verano? ¿Melancolía por el Otoño? El bucólico paisaje que ofrecen las riberas del cauce bajo del río Ebro a su paso por las comarcas de Tarragona parece que invita a sumirse en la tristeza...
.
Pero nada más lejos de la realidad... Esas riberas ofrecen un recital de vida, acuática y terrestre, con la presencia de numerosas aves que buscan refugio y comida en ellas, enormes peces que saltan desafiantes a los pescadores que se apostan en algunos puestos produciendo repentinos (e inquietantes) chapoteos, y una enorme variadad de especies vegetales, de diferentes portes, que en esta época adornan con matizados tonos amarillos y ocres el recorrido a todo lo largo de río...
.
...Pero sobre todo, es en el momento de entrar en el río cuando se desvanecen todas las melancolías y nostalgias, al sentir toda la fuerza y toda la energía de esa enorme e incesante corriente que te empuja y te lleva sin darte cuenta por los más bellos y vivos rincones, demostrando, y nunca mejor dicho, que la mala fama del otoño sólo es una mala e injusta leyenda urbana...
.

Embarcadero de Garcia, a primera hora de la mañana, dispuesto a disfrutar de un gran día de kayak, este año sin nada de viento.
.
Los palistas, este año fuimos 8, preparados para recorrer los 30 kms de recorrido entre las localidades de Garcia (Ribera de l'Ebre) y Benifallet (Baix Ebre): Jose, Isidro, Txus, Josep, Manel, Carlos Barro, Inúa y yo.
.
Maravillosa sensación de entrar en el río y notar cómo esa enorme corriente cristalina te lleva y te hace ver también, con inquietante sorpresa, cómo se mueven unos horizontes respecto de otros. Pocas paladas bastan para remontar unas decenas de metros el río y contemplar las casas blancas de Garcia, que se desparraman por la colina que baja hacia el Ebro.
.
Dejando a la izquierda la desembocadura del rio Siurana nos dirigimos a la primera atracción, el espléndido puente del ferrocarril Madrid-Barcelona, dejándonos contonear por numerosos remolinos.
.
Muchos sauces nos atraían la atención con sus tonalidades, un regalo antes de perder la hoja.
.
Nos adentramos por el brazo menor de la Illa de Sovarrec, reserva natural de muchas especies de aves. Carlos pasa bajo las ramas de los árboles y las cañas, dándole un buen estreno a su kayak nuevo.
.
Josep, disfrutando como el resto de unas aguas limpias y, en general, bastante tranquilas, en el brazo del Sovarrec.
.
En el interior de estos brazos menores el componente de aventura es muy importante, pasando por pequeños rápidos, estrechos canales cortados por troncos caídos... nunca sabemos si tendrá continuidad hasta que no llegamos de nuevo al gran Ebro.
.
Inúa palea y corta los reflejos del brazo del Sovarrec.
.
Jose y Txus, aunando fuerzas en su K-2.
.
Paisaje de la ribera de la Illa de Sovarrec.
.
Reingresados en el cauce principal, vista atrás a una casita de Móra la Nova, en la margen izquierda.
.
Y en la margen derecha, Móra d'Ebre, capital de la comarca de la Ribera d'Ebre, con sus casas desafiando durante siglos el nivel de las aguas.
.
El Pont de Móra, en la antigua carretera de Tarragona a Zaragoza.
.
Río abajo nos adentramos por los bonitos y selváticos brazos del Galatxo y el de Xano, sorteando las ramas bajas en una zona con dulce olor a hojas caídas.
.
Enorme remanso llegando a Ginestar. La temperatura era agradable en el centro del día y el paisaje se volvía poco a poco más montañoso.
.
Llegando a Miravet, pueblo al abrigo de su castillo templario y bajo la amenaza contínua del río, en donde éste forma una pronunciada curva con pérdida de nivel, lo que ocasiona una fuerte corriente y numerosos remolinos.
.
Los kayakistas fuimos llegando a una playita junto al embarcadero de Miravet, en donde nos esperaba Manu haciendo fotos como ésta.
.
Los kayaks varados en la orilla mientras hacíamos el almuerzo en una plaza próxima.
.
El viejo molino árabe aguas abajo de Miravet ofrece la posibilidad de pasar bajo algunas de sus dependencias, este año el nivel del río era mayor y la maniobra resultó un poco más complicada.
.
El río se iba encajonando para atravesar un largo y abrupto desfiladero entre la Serra de Cardó y Els Ports de Tortosa, enorme accidente geológico que el Ebro sufre en su cauce bajo, vistiéndose por ello de río de montaña a pocos kilómetros de su desembocadura en el mar. Después de pasar por el oscuro y sombrío Pas de Barrufemes llegamos a la Roca Folletera.
.
Pero tuvimos una sorpresa, remontando el río se aproximaba un kayakista a nuestro encuentro, era Lluís, quien quiso compartir unos momentos fluviales con nosotros, obsequiándonos con su famosa bota de vino de la Terra Alta y una caja de deliciosos dulces típicos de su pueblo, Benifallet, todos allí en el centro del río, agrupados, dejándonos llevar por la suave corriente.
.
Acompañados de las interesantes explicaciones de Lluís, perfecto conocedor del río y sus secretos, nos dirigimos hacia las Illes de Benifallet, primero la Illa del Nap, en la margen derecha.
.
Y a continuación, tras remontar unos pocos cientos de metros, en la margen izquierda la Illa de Cateura. La regulación de caudales en las grandes presas de la Cuenca del Ebro y el microclima de estas riberas permite el cultivo en estas islas, de mandarinos en concreto.
.
Enseguida llegamos a Benifallet, satisfechos por todo cuanto habíamos vivido y disfrutado, con el convencimiento de que este descenso por el río Ebro en el Otoño es algo que enriquece y engrandece el alma...
.
Después de cargar los kayaks en los coches algunos tuvimos que volver por arreglos de logística al embarcadero de orígen, Garcia, parando, por supuesto, a comprar un saquillo de deliciosas y apetitosas mandarinas recién cogidas del árbol.
..
Como no podía ser de otra manera, el Ebro se despidió de nosotros con todo su esplendor. Esto es el Otoño.