30 de noviembre de 2014

Coll de Pal: buscándome sitio entre la nieve y las nubes


Todos cuantos subimos montañas, ya sean de mayor o de menor dificultad, tenemos la percepción de que abajo quedan los problemas del mundo, de la condición humana y también los propios. No, no es un escape, ya sabemos que al llegar a la cima irremediablemente nos encontraremos con la bajada de nuevo al mundo y al reencuentro con los nuestros, pero es arriba que nos encontramos con nosotros mismos. Y a mí eso me gusta, porque me hablo, me escucho, me pregunto, me respondo, me riño, me felicito, me odio y me amo.
Subir 2 cimas seguidas, por pequeñas o fáciles que sean o por próximas que estén, permite doblar este interesante ejercicio personal.
Coll de Pal, con las subidas a la Tosa d'Alp (2.536) y al Puigllançada (2.409), fue el escenario de una tarde maravillosa de otoño, de invierno anticipado, que me permitió encontrar mi sitio entre la nieve y las nubes...

Subiendo por Comafloriu, a poco de comenzar en Coll de Pal (2.106).
Vista en 3D, hacia el Berguedà, del recorrido propuesto.
Vista en 3D, hacia Cerdanya, del recorrido, partiendo desde Coll de Pal (centro), subiendo a la Tosa d'Alp (izquierda), volviendo por una variante en el Cap del Serrat Gran y subiendo seguidamente al Puigllançada (derecha), para bajar por otra variante.
Vistas desde el Cap del Serrat Gran (2.402). Abajo, Vall de Grèixer. A la derecha, la carena entre el Cap del Serrat Gran, Comabella, Tosa d'Alp, Penyes Altes, Moixeró, Comabona... Y al fondo, la Serra d'Ensija y el Pedraforca.
Vista atrás al Cap del Serrat Gran (2.402).
Subiendo a Comabella (2.482).
La Tosa d'Alp desde Comabella.
Las nubes jugaban en la cima de la Tosa d'Alp. A la derecha, el Refugi del Niu de l'Àliga (2.520).
Carena del Cadí-Moixeró, Serrat de les Pedrusques, Cerdanya y Pirineo de Andorra.
El repetidor de la Tosa y al fondo los macizos del Carlit (izquierda) y del Puigmal (derecha).
Al regresar, cuando pasaba por Comabella, me llamó la atención la intensidad del azul de los lagos de La Molina, 
Las nubes juegan con las cimas el Puigllançada (2.409) y Canells (2.257).
Ventisquero en los Rasos de Comabella.
De nuevo en Coll de Pal, dispuesto a subir al Puigllançada, al fondo.
Espiral de piedras en la cima del Puigllançada (2.409).
En la cima del Puigllançada, mirando al sur, descubriendo la silueta recortada de Montserrat sobre el mar de nubes.
Desde el Puigllançada hacia el Puigmal (2.910).
Bajando a Coll de Pal con el espectáculo de la puesta del sol por llegar. Las nubes parece que irradien desde las nieves de la Tosa d'Alp.
El sol se pone sobre el Coll de la Trapa, entre la Serra d'Ensija y el Pedraforca.
Se fue la tarde. Los últimos rayos de sol dejan ver el blanco de la nieve de Ensija, Pedraforca y Comabona. El encuentro conmigo mismo me llenó de satisfacción y paz, como siempre.
El recorrido realizado de 10 kms con 1.700 mts. de desnivel total acumulado, siguiendo el GR-150-1 desde Coll de Pal a la Tosa d'Alp y regresando por el mismo camino, excepto una variante por la carena a partir del Cap del Serrat Gran. La subida al Puigllançada, muy intuitiva, se lleva a cabo siguiendo la dirección al punto más elevado de la montaña. El regreso, igualmente intuitivo, buscando una variante un poco más al norte para pisar otros senderos.

25 de noviembre de 2014

Descubriendo la Serra de Gisclareny


Hermana pequeña de la Serra del Cadí (se desprende de ella en el Coll de la Bauma, bajo los dominios del Comabona) la Serra de Gisclareny se mira de frente y sin complejos con la Serra de Ensija y con la Serra de Moixeró, mucho más altas que ella, y tiene un referente insigne que la acompaña en cualquiera de sus rincones, el Pedraforca. Es quizás la sierra de menor altitud del Alt Berguedà, Turbians (1.548), pero su morfología y posicionamiento respecto a las grandes cimas vecinas la hacen especialmente bella y recomendable.
El propósito era hacer una ruta que atravesara la Serra de Gisclareny de norte a sur, que comunicara a la vez el Refugi Vents del Cadí con Rústic Vilella, los valles transversales del río Bastareny y el río de Saldes, los núcleos rurales de l'Hostalet y de Vilella, los molinos de Cal Cerdanyola y Vilella y las pequeñas joyas del románico de Sant Martí del Puig, al norte, y Sant Miquel de Turbians al sur. Muchos elementos adyacentes y comunes respectivamente a ambas vertientes de esta bonita sierra.

El recorrido planteado de ida y vuelta saliendo desde el Refugi Vents del Cadí, a la derecha, subiendo al Coll de l'Escriga, en el centro, y bajando hasta el Molí de Vilella, a la izquierda. Después, una vuelta hacia Turbians para completar el recorrido antes de regresar al punto de inicio. En la imagen 3D se referencian las posiciones del Pedraforca y del Comabona, que de alguna manera flanquean el sector más occidental de la Serra de Gisclareny, que discurre por todo el centro de la imagen.
Valls de Bastareny, con la silueta nevada del Comabona (2.548) al fondo.
Sant Martí del Puig, del S-X
Campanario de Sant Martí del Puig.
Camino de la carena de les Abeurades. Arriba espera el Coll de l'Escriga.
Subiendo por la Carena de les Abeurades. Atrás queda Sant Martí del Puig y al fondo se alza la Roca Tallada (1.665), que ya pertenece a la Serra de Moixeró.
Pasado el Coll de l'Escriga se llega al Mirador d'Arilla desde donde se tienen sensacionales vistas a Ensija (2.321), Pedraforca (2.506) y Comabona (2. 548).
Vistas al sur desde el Mirador d'Arilla: Sant Miquel de Turbians en primer término, y detrás el Catllaràs.
Sant Miquel de Turbians, del S-IX.
El Pedraforca (2.506) y Sant Miquel de Turbians.
La contemplación de las montañas vecinas se hace casi obligada.
Bosque caducifolio poco antes de llegar al núcleo de Vilella
Molí de Vilella.
El sol ilumina Vilella en un claro de nubes.
La Serra de Moixeró al caer la tarde.
Ya de regreso puesta de sol tras el Comabona, llegando de vuelta al Refugi Vents del Cadí.
El recorrido realizado de 19 kms con 2.340 mts. de desnivel total acumulado.
Sigue el track de esta ruta en: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8286022

3 de noviembre de 2014

Rios del Conflent: Têt, Carançà y Riberola, cerrando círculo en el otoño francés.


Intentando conocer más a fondo este territorio del Conflent, e integrando diferentes rutas que ya había realizado por separado con anterioridad, me dispuse a buscar una ruta circular que uniese el Valle del Têt, la inquietante Corniche, las divertidas Gorges de la Carança, los paisajes alpinos de Carança y Riberola y los apacibles bosques de abedules de Prats-Balaguer, y sus termas sulfurosas, relajantes y libres...
Este Valle del Têt, en el departamento francés de los Pirineos Orientales, me recuerda en cierta medida a mi Valle del Jerte natal: de laderas acusadas, valle estrecho y cumbres bien altas, la orientación que tienen ambos (SW-NE) y por tanto la manera que tiene el sol de iluminar y sombrear los relieves secundarios, y los pueblos, colgados en sus laderas o salpicando el fondo del valle... quizás por todo ello me siento atraído por este lugar que me resulta verdaderamente familiar.

Vista en 3D del recorrido propuesto, saliendo del pequeño aparcamiento de las termas sulfurosas de Prats-Balaguer, bajando a Fontpédrouse, subiendo después a la Corniche de Thuès-entre-Valls, remontando las Gorges de la Carança hasta el Ras de Carançà y allí tomando el GR-10 hasta la Cabane d'Aixetes pasando eso sí por el precioso Coll Mitjà (2.350), punto culminante de la vuelta circular, para acabar bajando de nuevo a Prats-Balaguer.  Valles del Têt, Carançà y Riberola en uno, y en medio de todo el Pic de Gallinàs (2.624). En  total, 27 kms con 4.400 m. de desniveles acumulados.

Tras la primera bajada llegamos a Fontpédrouse, cuando el sol iluminaba ya las cumbres de la ladera norte del valle.

La Cascade de la Sordà, sorprendente e inesperado descubrimiento.

Disfrutando unos momentos con los compañeros de aventura, Massa, Jotaeme y Marta, en la Cascade de la Sordà.

El camino entre Fontpédrouse y Thuès-entre-Valls discurre un tramo junto al cauce del rio, pero después de la cascada comienza a ganar altura hasta llegar cerca del Pont Séjourné.

Vistas de Thuès-entre-Valls, en el fondo del valle, justo cuando llegamos a la Corniche, que flanquea la margen izquierda de las Gorges de la Carança.

La Corniche, vertiginoso sendero excavado en las paredes de roca de las Gorges de la Carança.

Avanzando por la Corniche.

La garganta se va cerrando, pero la Corniche sigue su camino.

En algunos puntos existe un cable para obtener más seguridad en términos relativos. La profundidad de la garganta sobrecoge.

Por fin llegamos a un punto donde se ve el río y sus saltos de agua.

Mis compañeros me siguen a pocos metros y en breve comenzaremos a pasar por los puentes tibetanos y las pasarelas.

Massa pasa por uno de los puentes tibetanos.

Jotaeme le sigue.

Y turno para Marta.

Durante un tramo tenemos que ir por el lecho del río Carançà sorteando enormes cantos rodados. Foto de Josep Manel Fernández.

Uno de los tramos de pasarelas.

El bosque caducifolio decora el suelo de Carançà.

Al ganar altitud el bosque se va haciendo más amarillo.

Tomando aliento en la pronunciada subida.

Otro tramo de pasarelas.

El valle se va abriendo y deja ver las primera cimas.

Reagrupamiento cerca del Ras de Carançà.

Valle de Carançà, precioso. El abedul es una de las especies dominantes.

Pino de tronco negro y ramas rojas.

Disfrutando del paisaje de ensueño de Carançà. Foto de Marta Farré.

Llegando al Ras de Carançà.

El Pic Redoun (2.677) i el Pic de Gallinàs (2.624), en medio queda el Coll Mitjà, por donde habríamos de pasar.

El Refugio del Ras de Carançà.

Valle de Carançà en pleno apogeo del otoño francés. Al fondo quedan el Pic de Comamitjana (2.680) y el Pic del Racó Gros (2.783).

Rebaño de vacas subiendo al Coll Mitjà. Al otro lado del valle se ven las antiguas formaciones glaciares de la Coma de Bacivers y la Coma Mitjana.

Jotaeme me sigue en la tremenda subida de 500 mts de desnivel por el GR-10 hasta el Coll Mitjà.

Divisando el Coll Mitjà. La subida es muy vertical. Foto de Josep Manel Fernández.

El Coll MItjà, a 2.350 mts de altitud. Vista al Valle de Carançà, desde donde llegan lejanos rumores de agua.

El Pic Redoun (2.677).

El Pic de Gallinàs (2.624).

Satisfacción, y frío intenso, al llegar al Coll Mitjà.

El Coll Mitjà, vistas al Conflent, Capcir y Cerdanya, desde donde iban subiendo bancos de niebla.

Bajando por el GR-10 a la Cabane de Collets, con el Coll Mitjà detrás nuestro.

Paisajes del Conflent, el Pic Coucouroucouil (1.941).

Un grupo de vacas hostiles nos tapaban el camino. Foto de Josep Manel Fernández.

Otras vacas en cambio disfrutaban de la soleada tarde de otoño.

Vall d'Aixeques. El abedul es el protagonista.

Vall d'Aixeques y Pic Redoun.

Jugando al escondite con mis compañeros de aventura en Corrals d'Aixeques. 

Bosque de abedules cerca del Étang d'Aumet.

Esto es el otoño en el Étang d'Aumet, Valle de Riberola.

Valle de Riberola: los abedules se apoderan de los sentidos. A la derecha queda el Pic de l'Orri (2.561) y a la izquierda se ve la carena que forman los picos Redoun (2.677), Monellet (2.727), Racó Petit (2.785) y Racó Gros (2.783). Cierra el Valle el Pic de Noufonts (2.860).

Flanqueando el Pic Coucouroucouil.

Valle de Riberola, rebaño de caballos.

Con las últimas luces llegamos a Prats-Balaguer y al Valle del Têt.

El recorrido realizado de 27 kms con 4.400 mts. de desnivel total acumulado.
Sigue el track de esta ruta en: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8182961