18 de abril de 2010

Caminada i cursa per muntanya d'Aiguafreda.

Me levanté a las 4:30h para ir a la cita de la Caminada d'Aiguafreda, primera carrera por montaña de esta temporada, con salida al amanecer, en compañía de buenos amigos, y con muchas ganas todos de disfrutar y de correr por los caminos y senderos que serpentean por los precipicios de los Cingles de Bertí, en la margen derecha de la Vall del Congost.
21 kms y 651 m de desnivel en subidas, por terrenos variados, senderos, caminos rurales, un primer tramo de fuerte subida, al Pla de la Garga, y desde el ecuador de la prueba, descenso prolongado hasta meta, incluído un sector muy técnico de gran pendiente.
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En la plaza de Aiguafreda, con Xavi Cid, Karli, Paco, Xavi Barroso y Moisses, momentos antes de darse la salida.
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Tras una salida demasiado desorganizada comenzamos a subir por un camino que enfilaba hacia el Pla de la Garga, con 277 m de ascensión a través de los senderos que serpentean bajo el Cingle del Cerdà.
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El sendero atravesaba una zona de suelo de color rojo intenso, con el Cingle del Cerdà esperando arriba.
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Concentrado en el suelo, además de las típicas piedras y raíces, había troncos de arbustos cortados a ran dispuestos a dar un susto en cualquier momento.
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En un claro se veía cómo se formaban las brumas en el fondo del Congost.
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Pasando bajo la vertical del Cingle del Cerdà.
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El sendero se volvía espeso por momentos.
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Subiendo la última rampa antes de llegar arriba, al Grau del Sunyer.
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Tras los primeros 3 kms llegaba un tramo de 10 kms de subidas y bajadas sucesivas, la mayor parte corriendo, hasta llegar a Sant Pere de Bertí. Buenas sensaciones tras la subida y comenzar a correr.
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Las vistas sobre la Vall del Congost eran espectaculares: Aiguafreda y el Montseny desde el Grau de Can Tresquarts.
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Sant Pere de Bertí, ermita románica del siglo XI. El paisaje contrastaba con los pensamientos puestos en los que corrían la Cursa de Bombers en Barcelona.
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Pasando por Sant Pere de Bertí al trote..
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Tras el control 3 del km 13, en todo lo alto de la cinglera, llegaba un tramo de 8 kms y 441 m de bajada hasta meta, bajada muy prolongada y rápida, con algún tramo tan vertical que había que ayudarse de cuerdas, en compañía de Karli, quien con su mano salvadora evitó que tomase tierra aparatosamente en un aterrizaje de emergencia tras tropezar con una rama caída.
Con el 7º clasificado pisándonos los talones, tuvimos que apretar por las calles de Aiguafreda para llegar en 2h 28m, a un ritmo promedio de 7m 3s cada km.
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Tras reponer fuerzas, cambiarnos de ropa e intercambiar impresiones, todos dimos por buena, muy buena, nuestra participación en esta prueba tan popular y bien organizada.

5 de abril de 2010

Cursa de Fons de Canovelles: Correr en el barro.

¡Qué diferencia! Si en la última carrera fue todo un estrés de principio a fin, en esta de Canovelles ha sido todo lo contrario, es lo que tiene el llegar con tiempo de antelación.
Así pude ver y cambiar impresiones con algunos amigos que participaban y con otros que no, prepararme tranquilamente para la salida y disfrutar de la carrera en prácticamente todo su recorrido, excepto en los primeros kms, en los que acusé todo el acumulado del último mes, maratón y primeros entrenos por montaña incluídos.
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Con Karli, Moissés, Javi (quedó en el puesto 11) y Raúl. Un lujo de compañeros con los que compartir conversación y carrera. Antes, al retirar el dorsal, me encontré con Eva Fontecha y después tendría ocasión de saludar también a Jordi Antolí.

Participaba por primera vez en esta carrera, siempre me había llamado la atención, por la distancia (15 kms), por disputarse siempre el Lunes de Pascua y por transcurrir en buena parte por los caminos de los campos de cultivo de Canovelles. Y me ha gustado.

Durante los primeros kms, recorriendo las principales calles de esta ciudad contígua a Granollers, acusé y de qué manera el acumulado durante el último mes, incluída la maratón, la Media de Montornès de hace una semana, y todos los entrenos por montaña, sobre todo el de 48h antes de la carrera (29 kms y 3h 51m).

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Primeros kms por las calles de Canovelles. Me costó meterme en la carrera...
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Pero superado ese punto venía lo bueno, el tramo por el campo, por unos caminos completamente llenos del barro producido por el fuerte aguacero de la tarde anterior y por el pisoteo de más de 500 corredores que iban delante mío.
Excepto algunos puntos en los que costaba mantener la verticalidad por los resbalones y otros en los que el grosor y el peso de la suela embarrada dificultaba el correr, el resto de estos kms fueron de un disfrute total: una serpiente multicolor de corredores recorría la verde campiña. Estaba en mi terreno y en una subida bastante prolongada pude ponerme a prueba y adelanté a una veintena de corredores.
El regreso al asfalto de un polígono industrial nó perjudicó mi posición y, con la moral reforzada, aún acabé de ponerme a gusto, enfilando a buen ritmo las calles de regreso a Canovelles , en cuya meta entré haciendo una marca, modesta, de 1h 17m 9s, en el puesto 552 de 916 atletas.
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Momento de mi entrada en meta.
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Teniendo en cuenta que en los tramos de caminos, a causa del barro, el ritmo no podía ser bueno y que el promedio que he obtenido ha sido de 5m 9s el km, el resultado lo considero muy satisfactorio, alcanzando durante buena parte de la carrera ritmos por debajo de 5m/km, lo cual me refuerza de cara a las próximas semanas de entrenamientos y sobre todo para la Marxa d'Aiguafreda del próximo día 18 de Abril.