7 de octubre de 2012

Ultra Cavalls del Vent 2.012

 
Como todos. Porque me apasiona el trail y la montaña. Porque correr me hace libre. Puedo pasar horas y horas corriendo allí arriba, encontrando la esencia de la naturaleza, del mundo y de mí mismo. Sin más razones que el ejercicio de la libertad que me otorgan el cerebro, las piernas y el corazón. Como todos.
No hay excusas. El Medio gobierna el orden establecido y domina a la razón. Firmamos con él un pacto que sólo nosotros creemos, porque el Medio actúa de manera unilateral e implacable. Porque nos llevó a la mayoría a vivir de primera mano un dramático sufrimiento ajenos a la tragedia final.
No, no hay excusas. Esto es la Copa del Mundo. Pero no hay excusas. Olvidamos que somos seres insignificantes, frágiles, como los árboles ó el resto de animales que, agazapados, miran pasar las nubes de reojo. Pero esta carrera apenas la viví para mí. No pude. Diversas circunstancias me llevaron a quedar fuera de la prueba en el km 28. La rabia y la impotencia sacaron extrañas sensaciones de mí. Pasadas las horas y relativizando la situación agradezco públicamente el consuelo que me brindó allí mismo Joan Solà, director de carrera.
 
 Momentos previos al briefing con 2 bravos compañeros de hotel y carrera, Jaume Terés Costa y Jordi Cuartero.
 
 En la acreditación y retirada de dorsales con amigos valencianos y Tòfol Castanyer en el centro. Nos enseñó con orgullo merecido la foto de su móvil entrando de manera brillante en Chamonix tras completar la CCC. Un gran campeón.
 
 Las explicaciones del briefing. Una pena que todos los esfuerzos organizativos no sirvieran de mucho para la mayoría de corredores. Siendo crítico, suspendo a la organización por dar la salida a una carrera con previsiones de tiempo muy malas, pero sobre todo, una vez que decide darla, por no revisar el material obligatorio antes de comenzar, dadas las circunstancias. Y suspenso para los corredores, muchos hicieron caso omiso sobre el material a llevar, recomendado encarecidamente en el briefing, y otros se protegieron ya demasiado tarde, cuando ya se quedaron pajaritos.
 
 Tarraco de Lux en acción. No se quiso perder la mejor carrera del año. Con Núria R. Ciurana poco antes de la salida.
 
 Pues sí, preparado y equipado. Con todo.
 
 
 Tras acomodarme en las primeras filas fui testigo de la presencia de los y las mejores del mundo mundial. Aquí el todavía vigente ganador, Miguel Heras.
 
 Concentrado en la salida. Reflexionando y observando cuanto pasaba. Foto de Núria R. Ciurana.
 
 Llegan Kilian Jornet y Philipp Reiter...
 
 Y Anton Kupricka, Dakota Jones... Núria Picas, Emelie Forsberg, Anna Frost... los mejores del mundo, a escasos 2 metros, me sentía un privilegiado.
 
 La llegada de Kilian Jornet causó un gran revuelo dentro y fuera del cajón. Yo no me quise perder la foto. Foto de Núria R. Ciurana.
 
 1 minuto para salir. La música de la salida envolvía a todos y me encogía de la emoción.
 
 La primera subida con la larga hilera de corredores.
 
 Buscando posiciones en la cómoda y amplia pista de la subida al Paller de Dalt.
 
 Pepe Garcia Valverde al trote por el mágico prado del Paller de Dalt.
 
 Antes de meternos en la Canal Mala valía la pena mirar atrás y contemplar las maravillas del Pedraforca y el Comabona.
 
Iba a ritmo tranquilo, esperando a Pepe. No venía muy lejos y llevábamos margen para pasar por el control del Rebost. Un fotógrafo con una cámara enorme que le tapaba la cara me llamó la atención. Foto de Manel Bancells Torner.
 
 En el Rebost me abrigué. La montaña enviaba evidentes señales de problemas. Arriba pintaba muy mal. En Prat Bagà llovía con fuerza.
 
 La preciosa Collada de Comafloriu marcaba el inicio de los problemas para muchos. Aquella niebla daba paso a un tramo de unos 2 kms y 500 m de subida infernales, con un viento del norte helado, y una lluvia que golpeaba nuestras caras. Quienes pararon a ponerse allí mas ropa lo pagaron muy caro. Mucho.
 
 La chimenea del Refugi del Niu de l'Àliga, en la Tossa d'Alp, a más de 2.500 m de altitud. Las condiciones eran extremas. Muchos corredores con hipotermia y unos 200 abandonos en un lugar donde no estaba previsto. Me recuperé enseguida del frío de la subida y esperé a Pepe unos 10 minutos. Tras calentarnos durante 5 minutos seguimos la marcha. Por una parte me daban envidia los que se quedaban pero tenía muy claro que quería seguir. Llevábamos media hora de margen y en aquellos momentos me veía finalista a pesar de las dificultades.
 
 Pero la tormenta no paraba. El tramo siguiente era el más técnico de todos, careneando desde la Tossa d'Alp a Penyes Altes y el Moixeró, mal terreno en un día de perros. Era muy dificultoso. Llovía mucho, los momentos de esperar a Pepe se me hacían eternos y me quedaba helado. Pero no podía hacer nada más.
 
 El Moixeró, una montaña preciosa que esta vez nos acogió con toda la crudeza de la tempestad. El camino estaba impracticable por el barro y el prado empapado como una esponja. Algunos kilómetros después esperaba una trialera infernal y resbaladiza en donde lamentablemete Pepe cayó sin remedio varias veces. Los sustos se repetían pero por suerte no se hizo demasiado daño. Oí a alguien que hablaba por una emisora. Me quedé helado al oir la respuesta a mi pregunta: "sí, soy la escoba"... Al llegar a la pista corrí como un endemoniado buscando un imposible. Estiraba la zancada y corría al sprint. Mi angustia era total. Mi mente se nubló buscando lo que ya no podía conseguir. La subida final al Serrat de les Esposes era desoladora. No quedaba casi nadie, no había arco, ni alfombras, y estaban recogiendo el avituallamiento. Llegaba 13 minutos tarde. Empecé a llorar, nunca me había sentido tan derrotado. Me agaché sollozando, no me dejaban continuar. Joan Solà se acercó a consolarme al verme mal pero yo no fui agradecido con él. Por mi mente pasaban todos los recuerdos previos a esta carrera, recuerdos que comenzaron hacía justo un año cuando aquí mismo me retiré tras dos caídas en un soleado día de finales de verano, recuerdos de la inscripción y la alegría por la fortuna en el sorteo, recuerdos de muchas sesiones de entreno llevadas durante toda la temporada en estas mismas montañas que tanto amo. Recuerdos de lo duro que resultó hacer aquel último tramo en aquellas condiciones, con una tensión y un estrés imposibles de soportar. Tenía una cuenta pendiente con Cavalls del Vent. Durante buena parte de la carrera me veía finalista pero tras 7 horas y media estaba fuera. Lo siento muchísimo, Joan Solà, no agradecí tu atención en aquellos momentos de desolación. Ahora sé a ciencia cierta que me evitaste un sufrimiento estéril entre Cortals y Prat, porque de allí no hubiera podido pasar. El regreso a Bagà fue muy triste. Pero tras reencontrarme con los amigos que también iban llegando por abandono me fui recuperando. Núria R. Ciurana se acercó a saludarme y a darme su energía de Lux. La normalidad se fue adueñando poco a poco de mi mente.
 
 Santiago Nistal González, el alma mater de Tilenus Xtrem y de TRBSPORTS, revista del mundo del trail running bike en la que colaboro con satisfacción e ilusión.
 
 Kilian Jornet pulverizó el récord de la carrera. Como yo no pude ir a verlo entrar en meta él si se acercó a saludarnos al staff de llegada... Foto de Pepe Garcia Valverde.
 
Mar Ferreras González, una bravísima campeona que sí completó la carrera y además con una marca espectacular de sub 15 horas. Foto de Pepe Garcia Valverde.
 
Pasados los días, una posible reconciliación con el medio aliviará nuestras penas. Hemos de acudir de nuevo a aquella montaña, nos ha de mostrar también su cara amable y acogedora, porque nos guste o no, somos animales de trail y nuestro hábitat natural es aquel. No queda otra.
En memoria de Teresa Farriol. Nunca la olvidaremos.