Enormes nubarrones llegados desde las montañas del interior de Catalunya mitigaron el sofocante calor que caracteriza a esta carrera sencilla pero entrañable, en la que es fácil encontrarse con infinidad de amigos corredores y con los que siempre es un verdadero placer intercambiar impresiones y compartir kms.
Los 10,5 kms de recorrido con 525 m de desniveles acumulados me saben a gloria, porque corro en casa, en la Serra de Marina y bajo el Turó de Céllecs, escenarios habituales en los entrenamientos cotidianos cuando paso por la pista de Sant Bartomeu de Cabanyes.
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Antes de comenzar la carrera me encontré con muchos y buenos amigos, como Angela Pareja y José Povedano, corredores mundanos que tampoco quisieron perderse la Cursa d'Òrrius. |
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Con algunos de mis compañeros del CE Fondistes Vilassar de Dalt que participaron, Cex, Karli, Jotaeme, Víctor y Pepe, en la plaza de Òrrius. |
La subida por el asfalto de la carretera de la Roca me costó muchísimo, como siempre, pero una vez en la Collada de Sant Bartomeu de Cabanyes y enfilada la pista de tierra pude disfrutar de lo lindo de una de mis carreras favoritas, sobre todo los últimos 3 kms de bajada desenfrenada a meta.
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En la Collada de Sant Bartomeu de Cabanyes, en donde una Eva Muñoz fortísima me adelantó por fuera. Foto de José Luis Nieto. |
Pocos segundos más de una hora, 1:00:51, tardé en llegar a meta completamente empapado por el calor y la humedad de la tormenta cercana, en la posición 265 de los 348 participantes, esperándonos a todos los tradicionales trozos de sandía y otros regalos que también caracterizan a esta estupenda carrera de bajo coste, sólo 3€ la inscripción.
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