Aunque un poco más corto de lo previsto, el entrenillo para la Marató del Congost que hice con Fran Olivé fue un auténtico lujo por las vistas, paisajes, recuerdos... y desniveles. Diferentes circunstancias familiares impedirían que finalmente pudiera disputar la maratón, pero el invierno avanzado nos regaló con un sensacional día en el que pudimos pisar nieve y hielo.
La sesión, agradable y reconfortante, sumó 20 kms con 1.850 m de desniveles acumulados, en 3h 50m. Una inesperada lesión de Fran nos obligó a volver antes de lo previsto a Aiguafreda.
Llegando al Coll de Samorera.
En primer término el Brull i el Muntanyà, y al fondo, clásicos de mi Pirineo más cercano y personal: Tossa d'Alp, Puigllançada y Puigmal. Espectaculares vistas desde la Serra de Picamena.
Últimas rampas de Picamena, manos en los muslos.
Fran llega a Sant Cebrià de la Móra.
Y yo bajando al trote por Sant Cebrià de la Móra, del S-XI.
Fran pasa rápido por este sector helado y nevado del Sot del Riu, bajando ya hacia Aiguafreda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría saber cual es tu opinión, escríbela aquí debajo: