12 de julio de 2013

De Bagà a la Tosa d'Alp

El fuerte contraste que ofrecen estas montañas, con sectores extremadamente accidentados por plegamientos inmensos junto a otros sectores de suaves laderas redondeadas me produce un gran efecto de seducción.  La Tosa d'Alp, 2.536 m, no es la cima más alta de su entorno. De hecho, frente a ella se alzan colosos que le sacan 400 mts: Puigpedrós, Carlit y Puigmal. Pero lo que más  me atrae de esta montaña es que partiendo de la cota 800 permite ascender 1.700 m. sin interrupción.
Situarse en Bagà y observar los diminutos árboles que se ven en las cumbres es un gran desafío para mí y siempre  me produce cosquilleos y una sonrisa. Llegar hasta allí arriba desde tan abajo debe ser un auténtico placer para cualquier corredor de montaña.
Hoy, en un dia laborable, encontré muy poca gente. La subida y posterior bajada me sirvieron para realizar un interesante entrenillo de 26 kmis, con 3.800 m de desnivel total acumulado. Nunca me canso de hacer este recorrido que coincide con los primeros kms del Ultra Trail Cavalls del Vent.

Hacia el km 7, una vez pasado el Refugio del Rebost, se abren los valles, las montañas y la mente. Pedraforca, Comabona y Moixeró.
Este lugar es de los mas bellos que recuerdo, uno de esos paraísos particulares, el Prat Bagà, a 1.800 m de altitud, desde el que se divisa toda la crestería del Cadí Oriental, desde Pedraforca hasta la Tosa.
La Tosa d'Alp, y a su derecha, las cimas por las que previamente habría de pasar para llegar a ella.
En la subida a la Collada de Comafloriu, con la Tosa siempre a la izquierda.
Llegando a la Collada de Comafloriu, a 2.200 m, sobresale la cima del Puigllançada (2.409).
En la exigente subida al Cap del Serrat Gran queda atrás la Collada de Comafloriu, todavía con algunos ventisqueros de nieve.
Unas nubes caprichosas querían coronarse sobre Puigllançada.
Tras este largo ventisquero aparecía la cima del Cap del Serrat Gran, a 2.402 m, rara formación geológica llena de fosas y canales imposibles.
Contemplando las espectaculares vistas desde el Cap del Serrat Gran.
Mirando a la Cerdanya, con el Macizo del Carlit medio tapado por las nubes y con muchísima nieve para lo avanzado de la estación.
Hacia el este, el Puigmal se despertaba entre brumas.
La cresta de la montaña marcaba el camino a seguir, bajando a la Collada de Comabella y subiendo al pico del mismo nombre a continuación, el Puig de Comabella (2.482).
Desde la Collada de Comabella, con vistas sucesivas al Puig de Comabella, la Tosa d'Alp y el Penyes Altes.
La profundísima hondonada de 1.700 mts. de caída desde la Tosa a Bagà.
Vista atrás al Cap del Serrat Gran y el Puigllançada.
Los macizos del Puigpedrós y el Carlit, separados por la Vall de Carol, al otro lado de la Cerdanya.
Llegando al Refugi de Niu de l'Àliga, km 13, junto a la Tosa d'Alp, cumpliendo el objetivo marcado tras 4h 15m.
Tras contemplar las vistas bajo un feroz y frío viento del Cadí, y dar cuenta de un breve avituallamiento en el refugio, comencé a bajar. Quedaban 1.900 m de bajadas y 200 de subidas en 13 kms.
Uno de los ventisqueros que aún se mantienen en Comabella.
Las pistas de esquí de la Molina, la Collada de Toses y el Puigmal.
De nuevo el Cap del Serrat Gran. Su vista desde la Collada de Comabella es espectacular, con el sendero ascendiendo por la ladera.
Bajando de Comafloriu.
La Tosa desde dentro del bosque.
El sendero se aproxima al Prat Bagà, recortando caprichosamente la redondeada y suave ladera.
Cerca del Rebost vuelven a aparecer las cimas destacadas de esta parte oriental del Cadí: Pedraforca, Comabona, Moixeró y Penyes Altes.
Bajando al Paller de Dalt, cerca de Bagà, una delicia de bosque.

Tras llegar a Bagà, después de 2h 15m de ininterrumpido descenso, nada mejor que refrescar los pies en las gélidas aguas del río Bastareny.

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