2ª edición de la Marató del Montseny, este año con mucha menos lluvia que el anterior, pero la suficiente para que oliera a fresco, a bosque, a hojas caídas... todo ello con la visión de unas laderas con el amarillo, ocre y rojo de los bosques del Montseny.
Esta vez fui con Bruno y Jordi, con los que ya había compartido montaña, lucha y sueño en otras ocasiones. Además, en la salida me encontré con muchos amigos a los que siempre resulta agradabilísimo encontrarse y con los que es un placer compartir emociones y afición.
Encantadora y grandísima corredora, no cabe otra definición para Olga Manko.
El tridente de la Serra de Marina.
Tensión en la salida. En esos momentos no lo tenía ya nada claro.
La estrategia la tenía programada: tenía que llegar a Sant Bernat con el margen suficiente para poder afrontar después los cortes de paso más exigentes de Sant Marçal y el Turó de l'Home. Y así fue. A pesar de que en la pista de Mosqueroles me quedé de los últimos, las piernas acusaban aún el Ultra Trail de la Serra del Montsant, poco a poco fui entrando en carrera y llegué a Sant Bernat con 30 minutos de ahorro.
Por la pista de Mosqueroles a Fontmartina. Ya iba de los últimos.
Llegando a Fontmartina.
Llegando a Les Illes.
Avituallando sin perder tiempo en Sant Bernat. Foto de Rosa M Amorós.
Con Rosa M Amorós, su alegría y ánimo fueron contagiosos. Gracias mil.
Sant Bernat, tras parar brevemente a reponer fuerzas.
La tremendísima subida de 800 m al Matagalls la realicé bastante bien. Allí apreté las palmas contra los muslos y adelanté a bastantes desfondados. En la preciosa bajada a Sant Marçal las hojas ocultaban hoyos y piedras y no quise arriesgar tobillos, llegando con sólo 5 minutos de margen al control.
Me encontré a Bruno y sin más pausa nos fuimos para Les Agudes.
Me encontré a Bruno y sin más pausa nos fuimos para Les Agudes.
Subiendo a Matagalls las nubes se abrían y cerraban y a veces dejaban ver el horizonte luminoso y plateado de un lejanísimo Mediterráneo.
Al llegar a Les Agudes las nubes dejaban ver retazos de las laderas del Matagalls.
El bosque me atrapó... el olor... la luz tamizada... el sonido hueco de voces lejanas... era ajeno al mundo... flotaba en una atmósfera como de cuento medieval. La ladera de enfrente, Matagalls, me hipnotizaba con sus colores, la niebla ocultaba la cima a la que me dirigía y los isquiotibilaes se me reventaban. Me quedé clavado y apenas avanzaba, pero apreté dientes y palmas en los muslos y tiré para arriba como pude.
Sortear las pedreras era un infierno, pero recibía impulsos de mi cerebro, de los deseos y ánimos de mi familia y amigos para completar esta maratón. Recordaba el último giro a la derecha que me había de llevar al Coll de Sacarbassa, en donde una crestería espectacular me esperaba para llevarme costase lo que costase hasta el Turó de l'Home.
La crestería espectacular del Montseny conducía hasta el Turó de l'Home, cono que había que subir y bajar en un agradecido capricho regalo de la organización de la Marató del Montseny. Foto de Rosa M Amorós.
Allí alcancé de nuevo a Bruno y pasamos sobre la hora de corte, pero nos tiramos volando para abajo. Esperaban 1.500 m de bajada incesante y estresante, primero por una tartera pedregosa, fea y antipática, y luego por unas pistas forestales que nos permitieron coger velocidad.
En Fontmartina, km 33.5, unos escobas se preparaban para salir y nos fuimos pero pitando... En los últimos kilómetros había que correr mucho. Fuimos a saco, cada uno al ritmo que podía, sintiendo cómo estallaban isquios y cuádriceps, pero había que llegar como fuera y cuanto antes. El paso por 3 veces del río me paralizó, como a otro par de corredores a los que adelanté... pero pronto oí la megafonía y los aplausos de la meta, una meta en la que me esperaban Jordi Nuñez, que hacía rato había llegado, y Rosa M Amorós, que esperó hasta que llegamos para compartir con nosotros la alegría de entrar en meta.
Entrando en meta. Foto de Rosa M Amorós.
Emotivo abrazo con Jordi Nuñez. Foto de Rosa M Amorós.
Fondistes Vilassar de Dalt, ambos finshers de la 2ª Marató del Montseny. Foto de Rosa M Amorós.
Un gustazo verse en esta pantalla. Otro detalle de calidad de la organización de la Marató del Montseny.
43.5 kms, 5.400 m de desniveles acumulados, en 8 horas y 7 minutos. Teniendo en cuenta que había más de 500 participantes estoy más que satisfecho de mi 376ª posición.
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