20 de diciembre de 2010

Derbi, resaca y Mitja Marató de Vilanova.

Llegaba a la Mitja Marató de Vilanova con muchísimas dudas, más de a las que estoy acostumbrado, tras 9 meses sin competir en asfalto, tras una temporada muy larga de carreras por montaña con el consiguiente y previsible enlentecimiento de cara a competir en ruta, sumido en un catarro permanente desde que hice la maratón de la Ardenya, con aún secuelas musculares de esta misma maratón que hice sólo 14 días antes, sin un plan específico para entrenar medias maratones con la consiguiente falta de ritmo, sin descansar lo suficiente el día anterior tras haber pasado una tarde-noche loca en el Estadio de Cornellà- El Prat viviendo con enorme ilusión y pasión, y algunas cervezas que otras, un gran derbi contra el F.C. Barcelona...
.

Dosis de hooliganismo, bufandas, cervezas y cánticos en la Penya Blanc i Blava de Cornellà, junto a Ferran Vila y Santi Pons.
.
A pesar del resultado tan adverso, (1-5), la afición disfrutó con el buen juego del Espanyol, celebrando por todo lo alto el gol marcado por su equipo y ovacionando a sus jugadores al finalizar el partido...
.
Y a las 6 de la mañana sonaba el despertador. En plena resaca me dispuse a ir a Vilanova i la Geltrú sabedor de que me tocaría sufrir y padecer. Pero aquella ciudad y aquella media maratón me ponen.
.
Tras encontrarme y conversar con Joan Josep Corella me fui a cambiar.
Al sentir el frío en las piernas parece que me desperté del todo y comencé a calentar tranquilamente, hasta que se dio la salida, dejándome llevar por la masa de corredores. No me acordaba que en las carreras sobre asfalto, con tantos participantes, el pelotón te lleva solo, como dentro de una burbuja en la que destaca un envolvente e inquietante ruido de pisadas y de respiraciones...
.
.
En los primeros kilómetros vi a mis animadores, Mª Angeles, Mª Carmen y sus niños, Blanca y su familia... Cuando me quise dar cuenta ya estaba en la zona del puerto, era el km 7 y se me hizo rapidísimo. Pero es que tras acabar este sector de la carrera ya tomamos la carretera de Cubelles, con un tramo de ida y otro de vuelta que nos dejaba de nuevo en Vilanova en el km 18. Estaba consiguiendo llevar un ritmo por debajo de 5 minutos el kilómetro y me esforzaba por seguir así, me encontraba muy bien y mis piernas me pedían más... y lo mejor, sin rastro de las distensiones de la reciente maratón...
A pesar de que no conseguía aumentar el ritmo me dí cuenta de que adelantaba a mucha gente, sobre todo en los repechos, quizás a causa de mi condición de ultrafondista en aquellos momentos comenzaba a encontrarme como pez en agua...
Hasta que al aproximarme a la meta comencé a oir al locutor... y ello me dio aún más alas, entrando muy rápido en las pistas de atletismo, viendo que podía hacer una meritoria marca dadas las circunstancias.
.
Vestido de negro y con el calzón corto de mi club de atletismo pisé el maravilloso tartam derecho al arco de llegada, en donde entré en 1 hora, 45 minutos y 35 segundos, en el puesto 758 de los 1.500 participantes, y con la sensación de que se me hizo una carrera increíblemente corta.
.
Con esta carrera doy por terminada la temporada 2.010, una temporada muy larga, con muchas competiciones diferentes, en la que he disfrutado muchísimo y en la que he descubierto el tener fé en mí mismo ante los grandes retos que yo mismo me planteé con enorme ilusión...
.