Burriac y los puntos cardinales.

Continuando con la preparación para el próximo reto de los 100 kms del ultra-trail de la Núria-Queralt este fin de semana había que aprovechar para añadirle un buen puñado de kms y horas a las piernas, escogiendo recorridos especialmente técnicos en bajadas y, en lo posible, tramos con gran pendiente en las subidas... porque aquella terrible ascensión al Pas dels Lladres que espera en el Pirineo de Girona se ha de preparar a conciencia...
Así que quedé con los compañeros del Club d'Atletisme de Vilassar de Dalt para compartir senderos, trialeras, pistas, paisajes... y conversación, esta vez hacia la zona del Castell de Burriac, atalaya fortificada que domina gran parte de la costa del Maresme y que constituye hoy día uno de los más conocidos puntos de encuentro en diferentes carreras de montaña que en él tienen lugar. Mi mujer, mientras tanto, haría un trekking un poco más sencillo hasta la Plaça Biscaia, a los pies de Séllecs, de unos 10 kms de recorrido y 400 m de desnivel en subidas.
Tras recorrer 4 kms y pasar por Cabrils llegamos a las inmediaciones de Burriac, en donde el camino se torna abrupto y es necesario subir trepando en algunos tramos.
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A los pies del castillo, después el camino serpentea entre las rocas que sostienen la fortaleza.
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Mis compañeros se ayudan de las manos para subir hasta el castillo.
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No es uno de los puntos más altos de la Serra de Marina, 388 m de altitud, pero su cercanía a la línea de costa le otorgan una enorme visibilidad en todas direcciones. Las vistas son espectaculares...

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Norte

Argentona, el Montseny y el Corredor.

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Sur

Vilassar de Mar, Montcabrer y el Mediterráneo.
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Este

Mataró, la costa del Maresme y el Mediterráneo.
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Oeste
Cabrils y, coronada de nubes, la Serra de Marina..

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Tras la vertiginosa bajada tomamos unos estrechos y sombríos senderos a través del bosque en dirección al Turó d'en Cirers (472 m) en uno de cuyos claros nos detuvimos para admirar la bonita silueta de Burriac...
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En pie, conmigo, Bruno, Jotaeme y Jordi. Agachados, Jaume, Karli y Dolors... Elena hizo, amablemente, la foto...
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Tras llegar al Coll de Gironella el grueso del grupo volvió a Vilassar de Dalt pero Karli y yo, los dos nos las veremos con los 100 kms de Núria, continuamos hacia Òrrius a través de uno de los caminos que bajan en picado a este sencillo pueblo en cuya plaza nos detuvimos a reponer fuerzas, poniendo a prueba por primera vez a nuestro organismo con un pastoso gel energético con taurina...

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Llevábamos 14 kms y, tras pasar a beber del agua fresca de la Font de Sant Bartomeu, emprendimos la subida al Turó de Séllecs (530 m), punto más alto de la Serra de Marina, desde donde nos lanzamos en otra larga y rápida bajada hasta Vilanova del Vallès para emprender nuevas subidas y bajadas, sin solución de continuidad, por el Mal Pas y el Torrent d'en Cuquet, en donde decidimos, quizás bajo los efectos de la taurina, echar los restos con otra subida fuerte, ésta a Sant Mateu por Can Gorguí, para bajar definitivamente a Vilassar de Dalt tras haber completado un extenuante entrenamiento de 33 kms de recorrido en 4h 35m con un desnivel acumulado en subidas de 1.505 m.

Y el domingo, para descargar musculatura y disfrutar de las vistas, paseo con mis amiguetes, bravo por ellos, desde Premià de Dalt a Teià, subida al Turó d'en Baldiri (425 m) y vuelta a Premià de Dalt, en donde nos dimos un merecido y divertido almuerzo.

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Tras el esfuerzo de la fuerte subida, el premio: con Ventura, Siscu, Jordi y Serafín, y toda la espectacularidad de Barcelona entera y sus 3 millones de habitantes detrás, entre el azul del Mediterráneo y el verde de la montaña de Collserola...