3 de noviembre de 2012

Ultratrail Serra de Montsant 2.012

Sin duda, esta edición del Ultra Trail Serra de Montsant ha sido la más dura de las 3 en que he participado, pero ha sido también la más satisfactoria por cuanto disfruté a lo largo de ella bajo la lluvia y sobre el barro. El 95% la hice en soledad, reencontrándome conmigo mismo, oyendo mi respiración, mis pasos, mi dolor por las llagas, el chapoteo en el agua, mi corazón... oliendo las plantas bajo la lluvia, y a mí mismo. Reencuentro conmigo, con la naturaleza y con la montaña. Y comprobando, no sé si para bien ó para mal, lo difícil que es para un corredor de ultratrail ponerse límites, intención inútil sólo un mes después del drama vivido en Cavalls del Vent.
La carrera sufrió un recorte de 9 kms para evitar pasar por los 2 puntos críticos de subida a Serra Major, sobre todo la subida por el Grau de l'Escletxa para remontar una de las paredes clásicas del Montsant. Pero sufríamos una noche de perros y cualquier riesgo allí hubiera sido gratuito después de los acontecimientos vividos en la comunidad trail últimamente.
 
 Esperando en la salida con Carles Aguilar y Joan Abellán.

 Logotipo del UTSM.

 Minuto de silencio en memoria de Teresa Farriol, como no podía ser de otra manera.

Desde el primer momento me encontré muy bien, cómodo y ágil. En cada control comprobaba que reducía tiempos de paso en relación a mis 2 participaciones anteriores. Esa dinámica siguió hasta el final, a pesar de lo lenta que hice la bajada desde La Figuera a la Vilella Baixa, auténtica pista de patinaje, peligrosa y dura, pero aquí no quise arriesgar lo más mínimo. Luego pude trotar en gran parte del tramo entre Vilella Baixa, Vilella Alta y Escaladei, recuperando minutos muy valiosos.
Me alimenté e hidraté correctamente a lo largo de la carrera, lo cual favoreció que las fuerzas y los ánimos los tuviera a tope hasta el final. Únicamente, la ropa y las zapatillas empapadas hipotecaron mi bienestar en este ultratrail. El hecho de estar 13 horas mojado me produjo infinidad de roces y ampollas por todo el cuerpo, especialmente una ampolla plantar en el pie derecho que me hizo ver las estrellas en una noche encapotada y extremadamente lluviosa.

 En el pelotón, por las calles de Cornudella de Montsant. Foto de Josep Massaguer Bou.

 Primeras rampas de subida hacia el Camí dels Cartoixans, con el Montsant esperando a todos.

 Cerca del Camí dels Cartoixans. La vista atrás hacia el sureste mostraba que la tregua de lluvias iba a durar bien poco.

 Albarca desde el Primer Coll.

 El Coll Roig, justo al entrar en Albarca, lugar donde nos cruzábamos los corredores que entrábamos y salíamos del pueblo.

 En el tramo neutralizado de la Mare de Déu de Montsant. En lugar de correr arriba por el borde de la montaña fuimos serpenteando por una agradable y sinuosa pista.

 Pasando por Ulldemolins, km 19. Sensaciones buenísimas.

 El impresionante Congost de Fraguerau, en un tramo de 17 kms sin controles ni avituallamientos, salvaje, perdido y virgen.

 El Pantano de Margalef. Durante unos kms tuvimos que seguir sus orillas, contra lo que pudiera parecer, con un alzado rompepiernas y demoledor.

 Llegando a Margalef, km 39, una de las capitales mundiales de la escalada. Comenzaban a caer las primeras gotas y se oía rugir el cielo. Allí me encontré con Christian Dotto.

En el control de Margalef, km 39. Ya había comenzado a llover. Foto de Ramón Morató.

 Tras comer algún bocadillo en ruta llegué a La Bisbal de Falset, pintoresco pueblo del Priorat. Aquí ya ví que iba muy bien de tiempo, llevaba más de hora y media de margen. Pero la lluvia arreciaba.

 Repostando en la fuente de La Bisbal de Falset con Carlos Tarragona y Aleix Jové, con quienes compartí unos instantes de la carrera.

 Tras subir al Serrador bajo un intenso aguacero tuvimos que bajar por una torrentera hasta la Mare de Déu de la Foia, en donde se respiraba, pese a la tormenta, una serenidad inigualable.

 Llegando a Cabacès, km 57, cuando más llovía. A lo lejos se veían los Altos de la Figuera tapados por la fuerte tormenta que se venía desde el sur. Aquí me alcanzó Txell Marti Melgar. Ambos teníamos claro que no convenía parar demasiado en el confortable control de Cabacès.


Pero una riquísima y necesaria ensalada de pasta no la podía perdonar. Tras hablar por teléfono y dar parte a los míos me fui pitando de Cabacès. Lleguè a la Figuera aún de día, después de sufrir lo indecible en una subida muy embarrada y bajo un diluvio.
La bajada a la Vilella Baixa me fue mejor de lo esperado por cuanto no me caí ni una sola vez a pesar de los cientos de frenazos que dejaron marcados otros corredores en unas rampas impracticables por el barro.


Con un ritmo bien marcado recorrí los sectores hasta la Vilella Alta y Escaladei, aprovechando la bonanza de unas pistas anchas aunque con bastante pendiente. La lluvia cesó y dió paso a la niebla. Tras cenar brevemente en Escaladei reemprendí la carrera, afrontando el último sector, neutralizado para no pasar por el peligroso Grau de l'Escletxa en una noche de perros. De Escaladei a la Morera de Montsant la organización recortó 9 kms, pero propuso un interesante y exigente recorrido alternativo por el mismo pie de las imponentes peñas del Montsant. Poco antes de llegar a la Morera de Montsant, km 83, comenzó a llover de nuevo y esa lluvia me acompañó hasta el final, a lo largo de un camino estrecho, oscuro y embarrado, en la soledad de una noche infernal que me ofrecía paradógicamente elevadas dosis de emoción, energía y fuerza para llegar sin más problemas que llagas generalizadas por todo el cuerpo hasta la meta de Cornudella de Montsant.
 

Y sí... después de casi 17 horas y media me planté en meta. Sin duda, esta edición del Ultra Trail Serra de Montsant ha sido la más dura de las 3 en que he participado, pero ha sido también la más satisfactoria por cuanto disfruté a lo largo de ella bajo la lluvia y sobre el barro.

Pero esta edición épica del Ultra Trail Serra de Montsant fue firmada brillantemente por dos compañeros que realizaron una gesta enorme. Para mí ellos fueron los auténticos triunfadores con permiso de Jaume Folguera, el 1er clasificado. Javier Fran, corredor invidente, y su acompañante Albert Gine consiguieron acabar de manera heroica en 22 horas. Otro grado más de la grandeza del ultratrail.

3 comentarios:

  1. Gracias, pienso ir desde Uruguay a correr el ultra y me vienen muy bien los comentarios del mismo. Abrazo

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  2. Comentario de 16/2/14 15:44 douglasmdeo@hotmail.com
    Saludos

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  3. Comentario de 16/2/14 15:44 douglasmdeo@hotmail.com
    Saludos

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