"Car naválcar naval..."

Después de una semana de transición entre la Mitja de Gavà y la celebración de la Maratón de Barcelona, a la que este año asistiré sólo como animador, he continuado con la rutina de entrenos de cara a la Mitja de Calella.

En la soledad de los entrenos estuve pensando, entre otras cosas, en todas aquellas que enriquecen y complementan nuestras vidas, nuestras aficiones y hobbies, que contribuyen a hacer más feliz a cada uno de nosotros.

En mi caso puedo citar algunas de las más destacadas, y no necesariamente por este orden: la práctica del atletismo ( en especial el fondo, ultrafondo y trails por montaña), la música electrónica, el kayak de mar, la fotografía, el cuidado de las plantas, el didgeridoo, los reconfortantes baños de sol en la playa, el cine independiente, el snorkel... ó mi equipo de fútbol, que no es otro que el RCD Espanyol de Barcelona, del cual soy, para lo bueno y para lo malo, simpatizante, militante, socio y accionista.

Tras una temporada llena de fracasos y derrotas y situado en el último lugar de la clasificación, mi equipo, el peor de todas las ligas de Europa según las estadísticas, visitaba el estadio del mejor equipo del Mundo, según los analistas.

Lo que son las cosas... ¡ganamos! En pleno carnaval, el Espanyol se disfrazó de David y el FC Barcelona de Goliat. Sin más...

Algo tan insospechado como si yo me disfrazase de torero y me pusiera delante de un toro negro...

Franito, en 1969 (con 4 años), disfrazado de torero en una de las calles del barrio de La Data, en Plasencia.

La vida es un carnaval