Todos cuantos subimos montañas, ya sean de mayor o de menor dificultad, tenemos la percepción de que abajo quedan los problemas del mundo, de la condición humana y también los propios. No, no es un escape, ya sabemos que al llegar a la cima irremediablemente nos encontraremos con la bajada de nuevo al mundo y al reencuentro con los nuestros, pero es arriba que nos encontramos con nosotros mismos. Y a mí eso me gusta, porque me hablo, me escucho, me pregunto, me respondo, me riño, me felicito, me odio y me amo.
Subir 2 cimas seguidas, por pequeñas o fáciles que sean o por próximas que estén, permite doblar este interesante ejercicio personal.
Coll de Pal, con las subidas a la Tosa d'Alp (2.536) y al Puigllançada (2.409), fue el escenario de una tarde maravillosa de otoño, de invierno anticipado, que me permitió encontrar mi sitio entre la nieve y las nubes...
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Subiendo por Comafloriu, a poco de comenzar en Coll de Pal (2.106). |
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Vista en 3D, hacia el Berguedà, del recorrido propuesto. |
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Vista en 3D, hacia Cerdanya, del recorrido, partiendo desde Coll de Pal (centro), subiendo a la Tosa d'Alp (izquierda), volviendo por una variante en el Cap del Serrat Gran y subiendo seguidamente al Puigllançada (derecha), para bajar por otra variante. |
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Vistas desde el Cap del Serrat Gran (2.402). Abajo, Vall de Grèixer. A la derecha, la carena entre el Cap del Serrat Gran, Comabella, Tosa d'Alp, Penyes Altes, Moixeró, Comabona... Y al fondo, la Serra d'Ensija y el Pedraforca. |
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Vista atrás al Cap del Serrat Gran (2.402). |
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Subiendo a Comabella (2.482). |
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La Tosa d'Alp desde Comabella. |
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Las nubes jugaban en la cima de la Tosa d'Alp. A la derecha, el Refugi del Niu de l'Àliga (2.520). |
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Carena del Cadí-Moixeró, Serrat de les Pedrusques, Cerdanya y Pirineo de Andorra. |
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El repetidor de la Tosa y al fondo los macizos del Carlit (izquierda) y del Puigmal (derecha). |
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Al regresar, cuando pasaba por Comabella, me llamó la atención la intensidad del azul de los lagos de La Molina, |
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Las nubes juegan con las cimas el Puigllançada (2.409) y Canells (2.257). |
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Ventisquero en los Rasos de Comabella. |
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De nuevo en Coll de Pal, dispuesto a subir al Puigllançada, al fondo. |
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Espiral de piedras en la cima del Puigllançada (2.409). |
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En la cima del Puigllançada, mirando al sur, descubriendo la silueta recortada de Montserrat sobre el mar de nubes. |
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Desde el Puigllançada hacia el Puigmal (2.910). |
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Bajando a Coll de Pal con el espectáculo de la puesta del sol por llegar. Las nubes parece que irradien desde las nieves de la Tosa d'Alp. |
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El sol se pone sobre el Coll de la Trapa, entre la Serra d'Ensija y el Pedraforca. |
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Se fue la tarde. Los últimos rayos de sol dejan ver el blanco de la nieve de Ensija, Pedraforca y Comabona. El encuentro conmigo mismo me llenó de satisfacción y paz, como siempre. |
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El recorrido realizado de 10 kms con 1.700 mts. de desnivel total acumulado, siguiendo el GR-150-1 desde Coll de Pal a la Tosa d'Alp y regresando por el mismo camino, excepto una variante por la carena a partir del Cap del Serrat Gran. La subida al Puigllançada, muy intuitiva, se lleva a cabo siguiendo la dirección al punto más elevado de la montaña. El regreso, igualmente intuitivo, buscando una variante un poco más al norte para pisar otros senderos. |
Caram Fran! Com sempre tot una descoberta de territori... però com bé dius, i comparteixo aquesta sensació, aquest trobar-se un mateix en el moment que posem el peu en els nostres petits paradisos i que ens porten a un cúmul de coses. Molt ben descrit el recorregut i la descripció d'aquestes sensacions i realitats. Un petonàs!
ResponderEliminarGràcies Mònica, suposo que bona part dels trailrunners compartim aquestes inquietuds i aquest esperit. Un petó.
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